Azul ultramar, el lapislázuli

By Dan Leo


Después de un mes de merecido descanso, regresamos para descubrir que nuestro baúl guarda dentro de sí una gema de color profundo y mágicos tonos de azul.

Se trata del lapislázuli, gema de característico color azul ultramar, que ha sido muy apreciada en la joyería desde la antigüedad.

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Su color azúl se considera símbolo de pureza, salud, suerte y nobleza, motivo por el que fue utilizado por egipcios, babilonios y asirios, en la creación de aderezos y máscaras funerarias. De hecho, en el budismo tibetano, se considera que Bhaisajyaguru, el buda de la medicina, obtiene su poder curativo de esta piedra.

Los reyes de Francia de los siglos XII y XIII, fueron los primeros en poner en moda vestimentas teñidas en color azul, extraído de esta piedra, que acabó pasando a la cultura y pintura de los siglos posteriores. También su color azul la hace una de las piedras más bellas del mundo.

Respecto a las propiedades o beneficios, se considera que el lapislázuli equilibra el chakra de la garganta y abre el tercer ojo. Ya que potencia el trabajo de los sueños y las capacidades físicas. Además de ayudar al cuerpo a desprenderse de la sensación de estrés dejando paso a la calma.

Incluso se considera que el lapislázuli activa a los espíritus guardianes, detecta los ataques psíquicos y los bloquea. Devolviendo la energía al cuerpo, consiguiendo equilibrio y armonía. 

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También se le confieren propiedades curativas, siendo beneficioso para el sistema nervioso, inmunológicos y respiratorio; así como para tratar tiroides, la laringe o la garganta, los dolores de cabeza comunes y  la migraña. Otras propiedades es que trata problemas de audición, purifica la sangre del organismo. Reduce el insomnio, el vértigo y la presión sanguínea.

Para concluir, debes saber que se recomienda llevar esta piedra puesta sobre tu garganta o sobre tu tercer ojo para que hagan efecto sus propiedades. Importante es colocar el lapislázuli por encima de tu diafragma; entre el esternón y tu cabeza.

Un dato curioso es que en diciembre de 1983, en Brasil, fue robado el trofeo Jules Rimet de las Copas del mundo FIFA; que tenía una base de lapislázuli y jamás se volvió a saber nada de él.

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